martes, noviembre 15, 2011

Probado con fuego

¿Por qué yo? ¿Por que a mi? Estas son dos preguntas que a menudo escuchamos cuando la tragedia azota a las personas. Dos preguntas sin respuesta, sobre todo en el peor momento de la dificultad, cuando los sentidos no perciben, el pensamiento se ofusca y la voluntad se resquebraja bajo el peso de la angustia y el sufrimiento.
Buscamos razones, explicaciones, incluso alguien o algo a quien culpar. Intentamos razonar, hasta encontrar las causas o incluso las posibles soluciones a algo que ya no se puede resolver. Nuestro pensamiento humano se limita a encontrar la respuesta en lo tangible o lo material.
Ese fue el caso de Marta , la hermana de Lázaro cuando se encuentra con Jesus a la entrada de su aldea. “ si hubieras estado aquí, me hermano no hubiera muerto” (,,) El señor le responde “No te había enseñado que si creyeras verías el reino de Dios? ... La muerte de Lazaro era una prueba de fuego para Marta y María, y Marta no la pasó.
¿Existe alguna razón para probar nuestra fe? ¿Qué propósitos tienen las dificultades en nuestra vida? ¿Será posible vivir una fe sin pruebas? Veamos qué tiene que decirnos Dios al respecto.
El apóstol Pedro es quien más habla acerca de la prueba de la fe. Recordemos que el Señor Jesús le dijo que su fe iba a ser probada y así fue.
En el capítulo 1. v 6 le dice a la iglesia que por un tiempo serían afligidos con diversas pruebas y posteriormente explica la razón detrás de esas pruebas.
También hace una comparación de las pruebas con el fuego, el cual revela la autenticidad del oro y la plata, de ese mismo modo la pruebas revelan la autenticidad de la fe.
Y finalmente explica el resultado de la fe y cómo Dios lo revela desde tiempos antiguos por medio de los profetas.

  1. Origen de las pruebas.
    EL FUEGO QUE REVELA LA AUTENTICIDAD
  • El fuego ha sido usado desde la antigüedad como medio para probar los metales, fundirlos y darles forma. Cualquier objeto de metal que nosotros usemos ha sido sometido a pruebas para darle su forma y templarlo para el uso al cual ha sido destinado.
  • Una sortija de boda, unos pendientes o un dije llegaron a ser lo que ahora son solo después de un largo proceso que comenzó desde la extracción del metal de una mina. El oro no siempre fue como lo vez en tus joyas. El oro estaba escondido dentro de una piedra, cubierto por otros materiales y para extraerlo se muele el material, se lava, se pasa por fuego luego se derrite y se pesa, se clasifica según sus kilates según la pureza de oro contenido. Se funde en lingotes y se envía a los artesanos quienes le dan la forma, para ello se tiene que fundirlo de nuevo, cortarlo, pulirlo y finalmente exponerlo para ser admirado.
  • Cuando tenemos una sortija en las manos y admiramos su diseño olvidamos muchas veces el proceso que lo llegó ahí. Ahora no es un solamente una pedazo de material rodeado de impurezas, es ahora una joya.

    LAS PRUEBAS NO DEBEN SORPRENDERNOS
  • Dios nos trata como al oro y la plata, por lo tanto no debería sorprendernos las pruebas de fuego: dice el apóstol Pedro. (4:2) 1 Pedro 4:12: Amados, no os extrañéis acerca de la prueba de fuego la cual se hace para probaros, como si alguna cosa extraña os aconteciese; Las pruebas a las que hace mención el apóstol se refieren a aquellos sufrimientos o dificultades que tenemos que enfrentar en la vida cotidiana. 
  • ¿Te has sentido enfermo, incomprendido, mal entendido? ¿Te han calumniado alguna vez? ¿Has sentido que te han pasado por alto, que no te dieron el lugar que merecías? ¿Te has sentido ignorado, dejado atrás? ¿Te han tratado injustamente, recibiste menos de lo que esperabas? ¿Lo intentaste y al final no salió como lo planeaste? ¿Has perdido lo que apreciabas y por lo que luchaste? ¿Intentas resolver las cosas por las buenas, esperas con paciencia y al final las cosas no resultan? ¿Le dieron a otro lo que tu trabajaste? ¿Luchas y peleas y al final le dan al otro la victoria? (para los que vieron la pelea de box la noche anterior sabrán a qué me refiero). Estas son pruebas de fuego, se está poniendo a prueba tu genuinidad.
  • Piensa que el artesano - esto es Dios- te está dando forma, está usando el fuego de las pruebas para convertirte en una joya y para eso tu fe tiene que ser probada.

2. El resultado de la prueba.
EL CONTEXTO DE LAS PRUEBAS
El apóstol Pedro habla de las pruebas desde su primera carta, quizás con la intención de prevenir a los creyentes de lo que habría de venir. En el capítulo 1 inicia mencionando la esperanza del cristiano que es la resurrección de de Jesucristo y la “ herencia incorruptible... reservada en el cielo para nosotros” ( 1 Pedro 1: 3-4) asimismo menciona la protección por el poder de Dios mediante la fe para la salvación. ( v 5) para después hablar de las pruebas temporales.
  • La pruebas son parte de la experiencia cristiana y refuerzas la esperanza en Cristo. ¿Quiere decir esto que nadie se escapa de las pruebas? Efectivamente, nadie está exento de las pruebas, por eso el papel tan importante de la esperanza en Cristo. El mismo Señor Jesus tuvo que sufrir desde su nacimiento hasta su muerte, pruebas diversas para demostrar que la vida en Cristo también viene acompañada de prueba. Pero cuidado no se trata de sufrir por sufrir, no estamos de hablando de un Dios sádico que se complace en el sufrimiento de sus hijos, por el contrario las pruebas contribuyen a reafirmar la esperanza del creyente.
  • Con cada prueba Dios nos está dando la forma que El desea, nos está preparando para recibir la promesa, nos está mostrando con cada prueba su amor y su misericordia, nos consuela y nos recuerda que nuestra vida no es para disfrutarla en este mundo sino en la gloria. La herencia incorruptible de la que habla Pedro es la vida eterna a la cual tu y yo debemos aspirar y esperar con confianza.
  • En cada prueba podemos estar seguros que no estamos desamparados que tenemos la protección de Dios por medio de la fe en Jesucristo. Esa es la diferencia entre el creyente en Cristo y el que no cree. Aún cuando las pruebas sean muy duras nuestra fe nos sostiene, nos fortalece y nos anima a salir adelante. La enfermedad, el sufrimiento, las pérdidas ciertamente son dolorosas pero cuando recordamos que nuestro destino final es la gloria podemos gozarnos grandemente , como dice el versículo 6, porque estamos seguros que es temporal.
EL RESULTADO DE LAS PRUEBAS
Volvamos al ejemplo de una joya. Cuando la vemos en los escaparates de una joyería admiramos la belleza, el brillo, el diseño y aún cuando no vemos a las manos que le dieron forma nos maravillamos del resultado. 
  • A Dios no lo vemos pero podemos confiar que es un experto joyero, que trabaja hábilmente con una proyecto para esa joya única, sabe muy bien qué es lo que quiere lograr, tiene el diseño perfecto y hace todo lo necesario para lograr, aunque eso signifique someter al fuego a la prenda una y otra vez hasta que quede terminada.
  • El apóstol Pedro afirma que nuestra fe es más preciosa que el oro. Y si el oro que perece es probado con fuego, ¡ cuánto más nuestra fe será probada por fuego! ¿Cuál será el resultado de la prueba? Tres cosas dice Pedro en el versículo 7: Alabanza, Gloria y Honor en la revelación de Jesucristo. La gloria no será nuestra, ni se pretende que seamos alabados o glorificados, sino que Cristo sea alabando y honrado por medio de nuestras vidas.
  • Hermanos cuando seamos sometidos a pruebas recordemos que al salir de ellas Jesucristo debe ser glorificado, a él debe darse la gloria y el honor, ¿ y qué hay para nosotros? ¿Cuál es entonces el fin de la prueba para nosotros que sufrimos la prueba? El apóstol Pedro es claro cuando dice: ... “obteniendo como resultado de vuestra fe, la salvación de vuestras almas” ( v 9) Este es el fin y resultado de las pruebas, para eso vino el Señor Jesucristo, para salvar lo que se había perdido. 
  • Proverbios 17:3 dice : El crisol es para la plata y el horno para el oro, pero el Señor prueba los corazones, Si Dios pusiera tu corazón a prueba hoy mismo, ¿cuál sería el resultado? ¿Será que encontrará una fe auténtica de 24 kilates? Dejemos que el Señor haga su obra en nuestros corazones y aunque las pruebas no produzcan gozo en el instante, cuando recordamos el fin podemos gozarnos y mantener la esperanza de una vida gloriosa  y eterna con Cristo en el cielo.

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