viernes, octubre 14, 2011

Cosas pequeñas que cuentan para Dios

¿Le importa a Dios si haces cosas grandes?

Para Dios las grandes obras son igual de importantes que las obras pequeñas, de la misma forma en que los pequeños pecados son igual que los grandes pecados.
Muchos cristianos creen que si hacen grandes cosas para Dios recibirán grandes bendiciones, eso no es verdad. Dios desea bendecirte como él quiere no como tu quieres. 
No puedes sobornar a Dios, no puedes comprar el favor de Dios. Por esta razón predicamos que la salvación no es por obras sino por fe. Si fuera por obras entonces los que hacen mucho recibirían mucho y los que hacen poco recibirían poco. Dios no nos ha pagado de acuerdo con nuestros actos si así fuera ya estuviéramos muertos, porque la paga del pecado es muerte, pero el regalo de Dios es vida eterna. mostaza

Dios ve grandeza aún en la pequeñez. 

Pablo se consideraba a sí mismo como “pequeño” entre los apóstoles en dos ocasiones dice:  1 Corintios 15:9: Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí la iglesia de Dios. Efesios 3:8: A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me es dada esta gracia de predicar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo;
¿Estaba Pablo demostrando una falsa humildad? Por supuesto que no, él sabía que si había sido llamado por Dios no era por su propios méritos sino por la gracia de Dios. Sentirse pequeño no es pretexto para no hacer la voluntad de Dios.

Dios utilizó individuos con errores y debilidades para avergonzar a aquellos que se consideraban grandes y perfectos.  Moisés, David, Jacob, Jonás son ejemplos de hombres que no encajarían en la expectativa actual de grandes líderes de fe, sin embargo Dios utiliza inclusive las debilidades de estos personajes para demostrar al mundo lo que Dios puede hacer y no lo que el hombre puede hacer. Por eso Pablo escribe:

1 Corintios 1:25: Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
1 Corintios 1:27: Antes lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;


¿Qué le importa a Dios?

Las dos referencias que hace Jesús acerca del grano de mostaza son en relación a dos cosas distintas pero relacionadas.
La primera tiene que ver con el reino de Dios, (Mateo 13:31, Marcos 4:31; Lucas 13:19) es decir la comunidad de creyentes en general y la segunda tiene que ver con la fe individual. ( Mateo 17: 6 y 20) 
  Una sola persona con la fe del tamaño de una semilla mostaza puede generar un pequeño cambio, muchas personas aunque tuvieran fe del tamaño de una semilla de mostaza pueden generar un gran cambio. ¿Por qué no vemos las grandes obras que hacían los primeros cristianos? ¿Por qué el mundo se ve cada vez más arruinado moral, social y espiritualmente? 
La respuesta está en el grano de mostaza: 
Mateo 17:20: Y Jesús les dijo: Por vuestra incredulidad; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. 
El pasaje se refiere al fracaso de los discípulos en su intento por echar fuera los demonios de un muchacho. Este fracaso se repite día con día en las iglesias y en las familias de los creyentes. Fallamos en nuestro intento por vivir piadosamente, fallamos en nuestro intento por abandonar los malos hábitos y los malos pensamientos, fallamos en tratar de controlar nuestra lengua, fallamos en tratar de vivir en santidad ... Nos hacemos la misma pregunta de los discípulos ¿por qué nosotros no pudimos?
El caso no es si el demonio era grande o pequeño, el problema es que no podían hacerlo por su incredulidad.
Algunas personas me han señalado que nuestro grupo es “muy pequeño” a menudo les contesto, “¿Según quién?” ¿De acuerdo con qué medida? Con esto no estoy justificando el tamaño de la membresía, mi deseo es que mucha más gente se adhiera a nuestro grupo, en un momento pensé en un número como meta para este año, pero he aprendido que Dios no me va a juzgar por el tamaño de mi congregación sino por el tamaño de mi fe, no me va a juzgar por el tamaño de mis obras sino por el tamaño de mi arrepentimiento, no me juzgará por tamaño de mis pecados sino por tamaño de su amor. Sin embargo podemos preguntarnos ¿Acaso no me gustaría ver milagros? ¿No quisiera que cuando hiciéramos oración los enfermos sanen y hagamos caer al enemigo como un rayo? Entonces tenemos que sembrar esa semilla de mostaza, el problema no es no tener la fe, sino dejar de ponerla en práctica.
A Dios le importa el tamaño tus obras sino el tamaño de tu fe, no estoy hablando de cuántas veces vas a la iglesia o cuánto pones en el plato de las ofrendas, estoy hablando de qué tanto le has entregado de tu vida a Dios. Qué cambios hay en tu vida, qué diferencias estás marcando a tu alrededor. Esa es la evidencia de haber plantado la semilla.
No se trata de afanarnos por hacer cosas grandiosas, ni por hacer cosas notorias, recordemos que cuando los hombres quisieron construir la gran torre que llegara hasta el cielo Dios confundió su lengua y se dispersaron. Hay quienes desean hacer cosas grandes para que sus nombres sean grandes, así no es el siervo de Cristo. El cristiano no trata de imitar las grandes obras de grandes hombres, sino trata de imitar a Cristo. 
Dar un vaso de agua fresca puede parecer cosas insignificante pero para Jesús significaba mucho, el dijo: Mateo 10:42: Y cualquiera que diere a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, en nombre de discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.


Conclusiones

Dios está viendo tu semilla de mostaza, Dios está buscando ese milímetro de fe en tu corazón,... El Señor Jesús se hace la pregunta: Pero cuando el Hijo del Hombre viniere, ¿hallará fe en la tierra? (Lucas 18:8)  Algunos dirían, yo tengo poca fe. Pues esa poca fe, úsala, cree en lo que Dios puede hacer, cree en lo que Dios promete, Cree en que Dios va a proveer, Cree que Dios tiene poder.
Cuando Jesús regrese a este mundo como juez, ¿qué encontrará en su iglesia? ¿Que encontrará en el predicador? ¿Qué encontrará en el maestro, el misionero, el ministro de música, en el creyente? ¿Qué encontrará en ti?
Un milímetro y medio de fe bastaría. Un puntito en una hoja de papel. Una semilla insignificante e imperceptible podría cambiar todo.

Para que haya cosecha tiene que haber siembra primero. Para que el reino de Dios tenga frutos tiene que haber semillas. Una semilla de mostaza no produciría mucho aceite, pero miles de semillas si. De la misma manera Dios desea que juntemos nuestras semillas. ¿Estamos dispuestos a sembrar?
Para que haya milagros tiene que haber fe, ¿De qué tamaño? Cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les aumentara la fe, él les contestó: 
Lucas 17:5: Y los apóstoles dijeron al Señor: Auméntanos la fe. Y el Señor dijo: Si tuvieres fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.

Mucha fe sin obediencia es igual que ninguna fe. No se trata de tener mucha fe, sino de ponerla en práctica. Cosas pequeñas pero que cuentan mucho para Dios.

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