El púlpito cristiano está en una de las coyunturas más importantes de su historia por la magnitud del cambio cultural. En las manos de miles de ministros está la oportunidad de renovarse para ganar a una generación, o atrincherarse en sus viejos moldes y perder a millones de niños y jóvenes. Ellos no vendrán a escucharle solo porque usted sabe que predica la verdad, necesita mostrar esa verdad de forma tal que resulte relevante a sus mentes.
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