sábado, enero 27, 2007

Tiempo de hacer un examen


Hay algo que alumnos y maestros vemos con cierto desagrado: los exámenes.
Para los primeros el tiempo de exámenes significa menos tiempo de sueño, mucho estrés, angustia e incertidumbre , sobre todo si se trata de materias que son particularmente difíciles, para los segundos el impacto emocional no es menor, también los docentes resienten el aumento de papeleo y el tedioso ritual de la calificación de pruebas, sacar promedio y al final determinar quienes aprueban o no .
Pero debo reconocer que el tiempo de exámenes es algo así como un mal necesario. Como el aumento de temperatura corporal en una persona, no se refiere a una enfermedad sino a un síntoma, una señal de alerta de que algo anda mal, o el dolor de cabeza que, aunque a menudo no damos importancia , puede ser la forma en que tu cuerpo te dice “es hora de un chequeo, mas vale que te vea un médico”
Con el estado de salud espiritual sucede algo similar. ¿Te ha pasado que de pronto de ataca una especie de pesadumbre, ya no tienes ganas de leer la Biblia, de orar o de interactuar con tus amigos cristianos? Como que de pronto el gusto por las “cosas de Dios” se borró de tu lista de prioridades.
En ese momento es hora de hacer un examen de nuestro estado de salud espiritual.
Cuando David cometió una serie de pecados (adulterio, asesinato, mentira, etc.) no se había dado cuenta del alcance de sus acciones hasta que Dios le envía al profeta Natán para que le hiciera analizar su situación.
Dios usa muchos recursos para ayudarnos a analizar nuestra estado de salud espiritual, a veces puede ser por medio de pruebas, dificultades, puede usar incluso las tentaciones. Lo que importa es estar dispuesto a detenernos un momento analizar nuestra condición y decir como David: “renueva un espíritu recto dentro de mi... vuélveme el gozo de tu salvación” (salmo 51:10,12 )
Frank Pool (2007)

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