miércoles, agosto 23, 2006

¿Y Tu das gracias?

Dad gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
(1 Tesalonicenses 5:18)

En cierta ocasión un campesino fue invitado a comer con un hombre rico y educado. Antes de ingerir sus alimentos el campesino, cerró los ojos y dio gracias a Dios. Su anfitrión no pudo evitar la risa y en tono de burla le dijo al campesino.
- ‘Eso es anticuado, la gente educada ya no acostumbra a dar gracias antes de comer’
- ‘Tal vez sea anticuado’, dijo el campesino respetuosamente, ‘pero para mi sigue siendo una costumbre, aunque hay algunos que en la granja nunca dan gracias antes de comer’.
- ‘¡Ah!’ dijo el hombre, ‘ellos han de ser inteligentes e iluminados, ¿Quiénes son?’
- ‘Los cerdos’, respondió el campesino.

Si hacemos una pausa en nuestro ajetreado día nos daremos cuenta que hay muchas razones para estar agradecidos. No solamente por los alimentos. Piense, haga un recuento. ¿Que le agradecería a Dios?
Algunos piensan que todo lo que tienen es producto de su esfuerzo, ingenio o trabajo duro. En parte es cierto, pero, ¿De dónde provienen las fuerzas, el ingenio o el trabajo? El apóstol Santiago enseña que todo lo que tenemos proviene de Dios. (Santiago 1.17).
Es Dios el que da las fuerzas al obrero o a la ama de casa para trabajar duro, él da la inteligencia y la sabiduría al estudiante para aprender de los libros y superar los exámenes, él da las palabras para responder en una entrevista al futuro empleado o al empresario para cerrar un buen negocio. ¡Todo proviene de Dios!
Expresar nuestra gratitud a Dios no nos hace mejores que los demás. Pero al dar gracias le damos la gloria a él y ayudamos a que otros también le den la gloria.
Pablo nos recuerda no gloriarnos como si todo lo que tuviéramos fuera nuestro, puesto que Dios nos lo ha dado ( 1 Cor 4: 7). Así que cada vez que nos sentimos demasiado orgullosos de nuestros logros, de nuestro éxito, de haber alcanzado las metas, es bueno detenernos y mirar de dónde proviene todo esto. Y demos gracias.

Frank Pool Cab (2006)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Durante nuestra vida, todos los seres humanos nos fijamos más en lo que no tenemos, en lo que nos hace falta y nos olvidamos de apreciar todo lo que dios nos da a diario. Desde el momento en que despertamos se nos brinda, vida, salud, un nuevo día, beneficios materiales que, en muchas ocasiones no apreciamos porque pensamos que lo tenemos porque así tiene que ser.
Cuando oramos, la mayoría de las veces pedimos y pedimos, pero se nos olvida agradecer.
Agradecer la vida, el amor, la salud, la naturaleza, nuestros seres queridos e incluso las pruebas que se nos ponen a diario y que nos sirven para crecer como personas.
Dios es infinitamente bueno con nosotros y ¿se lo agradecemos lo suficiente? ¿Verdad que no?
Darle las gracias por traernos a la vida, por darnos unos padres, por rodearnos de gente que nos quiere, agradecer por todos los que nos han querido, por la gente que esta en nuestra vida y por la que ya no está pero que en algún momento nos enseñó algo. Porque se nos dan tantas cosas que no valoramos, que no son materiales, pero que tienen un valor inmenso, esas cosas, que forman parte de la verdadera riqueza.