jueves, enero 01, 2009

Termina la carrera con gozo.


Se acabó, el 2008 es ya parte de la historia. Gracias a Dios seguimos aquí. Y la promesa de Dios a Jacob se hace realidad en nuestra vida:

He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he prometido. Gen 28:15
Dios nos llevó y trajo de muchos lugares, de Maui a la ciudad de Mexico, de la sala de conferencias en Guadalajara al ejido de Casa Blanca, y nos llevó de la carpa en el Campamento al taller en el cybercafé , no hizo gozarnos del nacimiento de nuevos miembros de la familia y también enfrentar la tristeza de la despedida final de un tio amado, enfrentamos así mismo la enfermedad, el accidente de Hanna, y nos alegramos en la graduación de la Maestría, nos permitió deleitarnos con el gozo de ayudar al necesitado y de traer palabras de consejo y guía.

El año que empieza ya, llega con una agenda muy apretada, con nuevos proyectos, con muchos retos y con un nuevo deseo de servir a Dios por medio de nuestro ministerio y también con el trabajo.
La última semana del año la pasamos en una convención de jóvenes esforzadores en Tabasco, la cual me hizo recordar la promesa que le hice a Jesús cuando tenía apenas 15 años "Confiando que el Señor Jesucristo me ayudará , Prometo que procuraré hacer todo lo que él quiera que yo haga...."
Desde entonces él se ha encargado de que no olvide esa promesa y cada vez que me siento tentado a dar marcha atrás, a dejar el ministerio juvenil, a dejar de trabajar con y por la juventud, la promesa viene a mi mente y renueva mi confianza en que no soy yo, ni son mis fuerzas, ni mis capacidades, ES POR ÉL. Es Jesús quien me sostiene, me ayuda, me prepara y también me levanta si caigo. Es Jesús quien me enseña, quien me inspira y también quien me reprende. Es Jesús quien me corrige, me dirige y quien me sostiene de la mano. Estoy seguro que con Jesús es posible, sin él, no soy nada.

En este año deseo mantenerme unido a Cristo, y se que tu también puedes hacerlo. Vendrán días dificiles, tiempos de prueba, te sentirás tentado a claudicar, a tirar la toalla e incluso tendrás temor de perder tu vida. Yo también pasé por ello y por eso un día escogí este versículo como el lema de mi vida:
"Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios". Hechos 20:24

Si mi vida es como una carrera, entonces un año que termina es como una vuelta más a la pista, solamente un vuelta más, todavía queda mucho por recorrer, pero se qué es posible terminar la carrera, hacerlo con gozo y dar testimonio de la gracia de Dios. Espero que tu también lo hagas.

Bendiciones